Sacrificio de amor

​Ofelia García y Olga Piedrasanta extienden el amor de Dios a través de talleres de

​Ofelia García y Olga Piedrasanta extienden el amor de Dios a través de talleres de <span style="font-family:arial

​Ofelia García Hernández es pastora y misionera en México. Ahora vive en Santa Rosa Xochiac en el área metropolitana de la Ciudad de México donde junto con su esposo está compartiendo el amor de Dios en la vecindad. Ella es cofundadora y activa a nivel regional con el Movimiento de Mujeres Anabautistas Haciendo Teología desde América Latina (MTAL).

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Esta meditación de Viernes Santo viene de Devocionales 2021, libro de devocionales producido por el Movimiento de Mujeres Anabautistas Haciendo Teología desde América Latina (MTAL). Los devocionales diarios se encuentran también en Facebook Libro Devocional MTAL.

 

El mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.   —1 Juan 2:2 (NBLH)

El Viernes Santo es oportuno para reflexionar en el acto de amor que Jesús ha hecho por nosotros dándonos los recursos necesarios para extender su amor en servicio solidario a otras y otros en el mundo.

 En este tiempo de tantas muertes y penalidades a causa del covid-19 quizás pensamos ¿Dios está enojado? Digo que no. Al recordar este texto pienso en el gran amor de Dios Padre y la voluntaria ofrenda que Jesús hizo de sí mismo por amor. No para aplacar su ira como la palabra propiciación nos sugiere tradicionalmente; más bien como una acción libre de ofrecer su vida por nosotros y nosotras compadeciéndose de nuestra mísera existencia alejados del Dios de la Vida.

Recordamos además que Dios amó tanto al mundo que envió a su único Hijo para que todo aquel que crea en él no siga extraviado, sino que pueda encontrar el camino a la vida plena. Jesús fue movido a misericordia y nos enseñó cómo es la vida con sentido, librándonos del vacío que produce muerte en todo aspecto. Estar separados del Padre implica la muerte.

 Jesús es nuestra propiciación, el perdón de los pecados, es decir, Él nos libra de una manera errada de vivir. Él ofreció su vida, pero antes nos enseñó cómo liberarnos del egoísmo y el camino nuevo del amor, la reconciliación y el trabajo por la justicia y la devoción al Padre. Por su sangre hemos obtenido el rescate y el perdón de nuestros pecados y somos sellados con su Espíritu Santo.

Por eso vale en este tiempo tan especial, volver a traer a la mente y el corazón tan maravillosa noticia que nos ha traído la salvación, no solo para nosotros, sino para todo el mundo.

En la persona de Jesús siempre encontraremos esperanza para nuestra salvación total. ¡Maravilloso amor que nos ha traído la paz!

Oremos: Nuestros corazones y mentes están llenos de gratitud por el sacrificio que Jesús hizo por todas las personas.